Ha sido otro fin de semana intenso y he disfrutado de todos ellos muchísimo pero hay uno en concreto que me ha llenado un poquito más que los demás por varios motivos. Y es que no siempre el talento se impone por encima de las demás cosas y a lo largo de los años vas viendo como las ganas de superación y el trabajo constante hacen brillar a aquellos atletas que inicialmente no eran tan brillantes.
Este es el caso de Álvaro Rabazo y es que desde hace unas semanas está brillando con luz propia.
Un chico que lleva en la escuela muchos años y que siempre ha estado ahí, trabajando, mejorando, luchando, sin tirar la toalla nunca, y muchas veces en segundo plano detrás de los favoritos o en los cuartos puestos de los resultados finales sin poder subir al pódium.
Además me llega este correo de parte de la familia que quiero mostrar a todos porque estas cosas ayudan a seguir trabajando con más ganas si cabe:
Buenas tardes Montse:
La alegría de este fin de semana no puede nublar la reflexión siguiente:
Nada de esto sucede sin una implicación total entre el atleta y sus entrenadores. Esa simbiosis, a veces de alegría, otras de frustración porque no salen las cosas, pero siempre de esperanza y de trabajo para continuar avanzando, dan lugar a triunfos deportivos y personales.
Perseguir siempre esa meta, viendo como no puedes alcanzar al primero, tiene su recompensa cuando realmente le puedes alcanzar, e incluso superar. Han sido años de trabajo, esfuerzo, sacrificio, lluvia, frio, calor y aquí teneis vuestro triunfo, porque este, si es de verdad el triunfo de Alvaro, Montse y Angel.
Gracias por todo durante estos años
Gracias a ti Álvaro por estar ahí, y a tu familia que te apoya para que puedas estar ahí, ahora empieza lo bueno y lo mejor, seguir confiando en ti y en que puedes estar arriba y seguir disfrutando siempre, fundamental. Nosotros también seguiremos estando ahí para seguir guiándote.
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