El domingo en la competición fuí testigo de varios errores en la prueba de salto de altura. Errores de los jueces, puede ser que por novatos, en la hoja de registro no sabían muy bien como marcar un salto válido, de uno nulo y de un pase. Bueno, eso en breves momentos se solucinó y no fué a más.
Pero más tarde me sorprendió el error de haber dado válido a una benjamín cuando el salto fué nulo, como solo se permitían dos intentos, esa atleta debía estar eliminada. El juez la dió el salto válido supongo que por despiste, y la benjamín siguió saltando porque la seguían llamando. Me acerqué a la mesa de los jueces para comentar el tema y no lo tenían muy claro sinceramente, pero siguió saltando. Fallo que perjudicaba las puntuaciones de los equipos porque además en la altura benjamín solo dos atletas superaron la primera altura de 0.85m. y aunque se pidió a secretaria si se podía modificar la altura inicial se negaron alegando que así lo indicaba el reglamento y muchos equipos se llevaron por tanto 0 puntos.
Pero lo que sí me indignó en la siguiente altura, que fué la de la categoría alevín es que y aunque los jueces seguían con el error de dar válido saltos nulos (no puedo entender tantos despistes) fué el mal hacer de las entrenadoras de la atleta en cuestión que sabiendo que la niña había fallado, y la misma niña se lo dijo a su entrenadora, ésta le contestó que no dijera nada ya que les beneficiaba por los puntos.
Puedo medio admitir fallos de jueces, pero lo que no creo que debamos admitir es que los entrenadores, que tienen que dedicarse a formar a los niños, a enseñarles a hacer las cosas bien, a que aprendan los valores del deporte y a ser buenos deportistas y sobretodo legales, se comporten de esta manera.
Y mi opinión es que estas cosas no hay que dejarlas pasar...
Totalmente de acuerdo, los niños aprenden de lo que dicen los adultos. Como dice Einstein: «Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única».
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